Le esperan hasta tres años de prisión por una jugarreta pesada.
Andrew Finch tenía 28 años y una familia. Lo menos que esperaba es que la policía se presentara en su casa, ubicada en Wichita, Kansas. Pero acudió el equipo táctico SWAT, al atender una supuesta llamada de auxilio. Sin tener idea de lo que sucedía, Finch abrió la puerta a los agentes de la ley. Le dispararon y murió. ¿La causa? Una broma entre jugadores de Call of Duty. El responsable enfrenta cargos por homicidio.
Ya hemos hablado previamente de la toxicidad de este tipo de conductas, en las que jugadores en línea rastrean las direcciones de sus rivales y hacen llamadas de auxilio con el único fin de fastidiar. Este 28 de diciembre las cosas se salieron bastante de control. Por una discusión derivada de una apuesta por poco más de un dólar, Tyler Barris quiso dejarle una incómoda sorpresa al otro jugador con el que competía. Le mandó al equipo SWAT a la que, en teoría, era su dirección.
El peso de la ley
Resulta que no lo era y un hombre inocente ahora está muerto. El agente que le disparó a Andrew Finch fue suspendido, mientras Barris ahora enfrenta a la justicia. Podría ser sentenciado, si así lo disponen las autoridades, hasta a tres años de cárcel y dos en libertado condicional. Al menos eso indica la legislación del estado de Kansas.
No es la única acusación que enfrenta Barris. También se han imputado cargos por interferir con el trabajo de la justicia. Por todos los delitos se le fijó una fianza de 500 mil dólares.
Para rematar, no es el único incidente en este tipo en el que ha visto involucrado. Se le acusa, también, de llevar a cabo otra broma similar en Calgary, Canadá, a finales del año pasado. Por fortuna, en aquella ocasión, no se registraron heridos.
Fuente: Kotaku
