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Monkeynauts y el camino a la procrastinación eterna

Monkeynauts
El adictivo título de Pocket Rocket Games regresa en una versión corregida y aumentada, pero al parecer ni eso es suficiente para explotar del todo su potencial.

Hace algunos meses pronunciamos por primera vez el nombre de Monkeynauts, un interesante título desarrollado por el estudio Pocket Rocket Games, oriundo de la ciudad de Mérida, Yucatán. La premisa, aunque bastante sencilla, resulta ser indudablemente adictiva pero… conforme pasa el tiempo, también se convierte en algo tedioso sazonado por una pizca de frustración.

Cuando nos enteramos de que el proyecto rescataría lo mejor de sí mismo para revampearse con el –ya inconfundible– kawaii-treatment de HyperBeard, algo llamó nuestra atención. Porque, como dije anteriormente, la fórmula de Monkeynauts es adictiva y funcional; la idea de que quizás la mejora del juego no sólo se traduciría a una interfaz más llamativa, una gama cromática mucho más pop y un roster de changuitos rediseñado, fue suficiente para que me pusiera a jugar por más de una semana y pusiera expectativa en la práctica.

Pero antes de entrar en materia y decir directamente si recomiendo descargar Monkeynauts o no, profundicemos por un rato en los motivos que me empujan hacia esa decisión.

Again, and again, and again, and again, do it again ()

Quisiera escribir profundamente acerca de los cambios importantísimos en el gameplay del juego, pero en esencia simplemente no los hay; si pudieron echarle un vistazo a la versión previa de Monkeynauts ya saben exactamente lo que necesitan saber, para tener una sólida base. Igual si no lo hicieron, voy a simplificar las cosas: el juego se trata de mezclar tipos similares de simios para evolucionarlos a otros más avanzados e inteligentes hasta conseguir la cúspide en la cadena de cada nivel.

Hay un total de tres niveles distintos en el juego, con una locación extra al final que está bien pensada para todos esos monkey-mergers dedicados que esperan sentir que el juego no tiene un límite próximo. Y sí, sé que muchos podrían llegar a pensar que cuatro niveles es muy poco para un juego completo, pero debido a la naturaleza del juego mismo, es hasta demasiado en la práctica, porque es un juego fácil de aprender pero con un flow decayente; en lugar de deleitar al jugador, lo obliga a dos cosas: dejar el juego por completo luego de olvidarlo por días, o gastar toda la quincena en gemas para ahorrarse buenas dos semanas de sesiones largas de juego, y no veo ninguna de estas dos opciones como algo viable, porque hay que ser un idiota para invertir en Monkeynauts.

No lo niego… las primeras horas, o a lo mucho, el primer día, son divertidos. Hasta que de pronto la repetición constante de lo mismo se vuelve cansado: esperar algunos segundos para que un changuito bebé aparezca en mi pantalla, para fusionarlo con el que ya esperaba en la sala, luego esperar otros dos de la misma clase para fusionarlos con la fusión previa, y así sucesivamente hasta obtener un primate avanzado que se convertirá en la llave al nuevo nivel; todo es risas y felicidad hasta que te das cuenta de que cada nuevo chango que descubres, cuesta el doble de esfuerzo… y el doble de tiempo.

Monkeynauts

Que, claro, el punto es mantener ahí al jugador, pero después de procrastinar un par de días con Monkeynauts, la cosa se pone aburrida, demandante y tediosa, pues las recompensas no asoman a menos de que decidas invertir parte del sudor de tu frente en currency que, se convertirá en tiempo ganado, irónicamente, de manera efímera y –en lo que a mí respecta– mal invertida.

The rollercoaster of fun

Monkeynauts

Explicando rápido por qué no recomiendo el invertir en gemas para Monkeynauts si uno se vuelve adicto al juego: es simple, cada simio empieza costando… pongamos, 3 gemas ¿de acuerdo? Su precio incrementa cada vez que se adquiere uno. O sea que sí, si uno es impaciente, puede terminar pagando 150 gemas por un primate, pero ya que nos asomamos al último nivel, las cosas se ponen frustrantes porque es necesario seguir toda la cadena evolutiva hasta el final para conseguir un trofeo que se intercambia por goodies inservibles que de vez en cuando se repiten.

Si son jugadores pacientes o hacen el clic necesario con la premisa de Monkeynauts, entonces disfrutarán de prescindir de las microtransacciones para adquirir changuitos, porque de tal modo tendrán unas buenas semanas de entretenimiento, pero a decir verdad no le estimo mucho más.

Monkeynauts

Aún así, hay formas de agilizar el proceso de producción de changuitos de canasta básica, como hacer tap repetidamente en el timer; o bien, haciendo upgrade a ciertas habilidades como la reducción del tiempo de espera o la recolección de monedas mientras el juego está corriendo en el background, dichas monedas también pueden utilizarse para adquirir changos pero con el paso del tiempo se vuelven insuficientes a menos de que sean muy estratégicos al respecto.

I’m not a Monkey, I’m a scientist

Si deporsí las mecánicas de Monkeynauts son riesgosas en cuanto a retención respecta; hay algo que en lo personal encuentro rebuscado: la interfaz.

Para un juego tan sencillo y que va tan al grano, puede resultar abrumador al principio el tener que analizar cada uno de los ocho elementos de menú en la pantalla, tampoco digo que sea algo que afecte en su totalidad la experiencia, pero sí podría reducirse o reacomodarse de tal modo que no represente una distracción jerárgica con respecto a los datos que sí son importantes en todo momento, como la producción de monedas; el tiempo de espera para un nuevo simio o el camino de un cohete hacia uno de los otros niveles.

Encima, hay menús con elementos mal alineados que si bien se camuflajean entre backgrounds y strokes, se vuelven difíciles de olvidar una vez que se notan. El diseño de la mayoría de los changuitos es muy divertido, he de decir que mis favoritos son los primeros siete con respecto al resto.

Do it Wisely / TIPS!
  • Obviamente, el consejo principal es que nunca dejes de producir Albies y te asegures de que siempre haya espacio en el primer mundo, pues es básicamente lo que determina qué tan rápido llegarás al final del camino para obtener un trofeo nuevo.
  • No recomiendo invertir gemas en la producción de simios, y en dado caso de que seas necio con respecto a mi tip, utilízalas para hacer simios grandes.
  • Sea cual sea la manera en la que decidas adquirir gemas, ponle prioridad a las formas gratuitas… en serio.
  • Y sea cual sea la manera en la que decidas adquirir gemas, inviértelas en upgrades y procura tenerlos al tope, pues son bastante útiles.
  • No juegues esto en horario de oficina/escuela, a menos de que ya hayas contenido la adicción, de lo contrario verás cómo se escapó tu tiempo por la ventana, y no te diste cuenta.

  • El nuevo look del juego es tierno y llamativo.
  • El juego puede llegar a sentirse como una buena adicción, lo cual nos hace concluir que las mecánicas no son el problema.

  • Que pese a lo adictivo, se vuelve tedioso.
  • El sistema para adquirir más changos con gemas, es obsceno.
  • Que debido a lo lento que puede volverse el proceso, la parte del coleccionismo es casi invisible.
  • Que la mecánica sea divertida no es suficiente para conseguir una buena dinámica, por ende, la estética del jugador promedio puede ser un resultado desastroso hasta que finalmente se vuelve en un desertor más.

Descargar: Monkeynauts @ App Store, Google Play Store | Leer más: KleptoCats 2, Clawbert: ToyTown

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