La aventura de Arthur Morgan logra de manera magistral introducirnos en las formas del viejo oeste.
A finales de octubre, Rockstar Games finalmente nos permitió ponerle las manos encima a la esperada precuela de su aclamado título de 2010: Red Dead Redemption. En días y semanas previas a este lanzamiento los detalles comenzaron a surgir y desde ese entonces se postulaba para ser un gran contendiente al mejor juego del ya vivido 2018.
Después de la atención al detalle y las diversas actividades a realizar que nos presentó la compañía con Grand Theft Auto V, las expectativas eran enormes para Red Dead Redemption 2 (RDR2), y al haber visto desarrollarse hasta el final la historia de Arthur Morgan y la banda de Dutch Van der Linde puedo asegurar que cumplió y con creces.
SPOILER ALERT: En este artículo de opinión hablaré de mi experiencia con el juego, por lo que te recomiendo regresar cuando lo hayas terminado y poder tener una mejor conversación.
Vaya vista
Para comenzar, la experiencia te atrapa desde lo más inmediato: el aspecto visual. El mundo que estás a punto de explorar te ofrece paisajes hermosos: desde montañas nevadas, ríos rodeados de animales, caminos rocosos abiertos, pantanos llenos de cocodrilos, espesos bosques y hasta una isla en caribe. Todo se te presenta tan real como es posible y con una iluminación que encontrarías en cualquier megaproducción de Hollywood que te imagines.
En cuanto a los personajes, la diversidad y excelente presentación continúa, como en los rasgos, etnias, género, complexión física y hasta la vestimenta que denota su nivel socioeconómico o su profesión. Durante tu aventura en esta tierra en transformación rara vez sentirás que un personaje está repetido.
Al lugar al que vayas siempre encontrarás vida: animales, personas, un río, una cascada. Hasta en las tormentas los rayos que caen en el horizonte les darán a tus ojos la certeza de que estás en un mundo vivo, que se mueve, que avanza y evoluciona con o sin ti.
En ningún momento tuve la sensación de que Rockstar decidió arrojar contenido en cada metro cuadrado para crear esta ilusión de vida, al contrario, todo se nota debidamente cuidado, cada elemento tiene su lugar y en ese lugar hace su vida, come, duerme, sobrevive.
Howdy partner!
Igualmente será raro que sientas que has escuchado las mismas voces en los NPC durante todo el juego. Lo que sólo pudo hacerme pensar en la cantidad enorme de actores de voz que participaron en el juego, lo meticuloso que debió ser encontrar a las personas con voces adecuadas y que además fueran capaces de capturar la manera de hablar de la época.
Lo que también me impresionó fue que los diálogos que estos personajes dicen reaccionan perfectamente a tu presencia, acciones actuales o pasadas. Los pobladores te recuerdan, recuerdan dónde te vieron y si estabas haciendo algo malo al conocerte, también te saludan, te desean un buen día, o te amenazan si se sienten en peligro con tus acciones.
Las personas a tu alrededor interactúan entre ellos sin mayor problema, de hecho llegan a tener conversaciones bastante interesantes –de donde puedes llegar a obtener pistas sobre robos– y se molestan si creen que estás espiando o si los interrumpes para preguntar algo.
Cuando no hay un personaje cerca y sólo te rodea la naturaleza, los sonidos de la vida no acaban, al contrario. Puedes detectar las pisadas de posibles depredadores en el bosque, mientras al fondo escuchas a un lobo aullar, grillos en la noche, venados galopando, perros ladrando, así como una increíble variedad de aves y su aleteo al alertarse por tu presencia.
Mientras recorres los caminos hacia Valentine o Strawberry lo más común es que escuches los firmes pasos de tu caballo, así como su respiración agitada cuando le ordenas acelerar el ritmo. Pasas tanto tiempo montando que estos sonidos parecen pasar desapercibidos, pero te asuro que en más de una ocasión detectaste peligro al escucharlo relinchar o te percataste que era momento de descansar o comer un poco al notar su respirar entrecortado.
La mezcla de sonido en RDR2 es maravillosa y sin duda es uno de los elementos clave para que toda la experiencia sea mucho más inmersiva y para tener esa sensación de vida que realmente impresiona.
Mi lista de tareas del día
Una de las críticas más recurrentes contra Red Dead Redemption 2 es lo tedioso de las tareas cotidianas que el juego te obliga a hacer. Realizar la misma actividad una y otra vez ha cansado a más de un jugador al punto de tachar al juego de aburrido.
Yo no estoy de acuerdo, y aunque sí resulta molesto darme cuenta a media misión que olvidé bajar mi arma de repetición o mi escopeta del caballo, alcanzo a entender que el juego quiere que de verdad experimentes lo que era vivir en esa época.
Al cazar, los cadáveres no se transformaban en platillos perfectamente cocinados de la nada, había que despellejar al animal, quitarle las partes que podías usar para consumo o para crear objetos, justo como Arthur lo hace.
Registrar casas, armarios, cajones, repisas y estantes también es un proceso tedioso en la vida real, así que si pedimos realismo y atención al detalle debemos aceptarlo en todos aspectos, no sólo a la hora de recargar tu revólver.
Mis partes tediosas favoritas de este juego fue mantenerme atento a la salud de Arthur y mi caballo, asegurarme de que tenía las provisiones adecuadas para regenerar mis núcleos. Así como crear un vínculo con mi caballo.
Disfruté tanto acariciar, felicitar, alimentar y cepillar a mi caballo árabe negro –a quien obviamente nombré “Agro” en honor al fiel amigo de Wander en Shadow of the Colossus–. Lograr subir de nivel y obtener nuevos trucos, más salud y más energía a través del vínculo fue realmente satisfactorio para mí, que además contribuyó a esa sensación de un mundo vivo, de verdaderamente estar ahí.
Una clara postura
Rockstar nos ha acostumbrado a que sus juegos son una crítica social –o sátira, si se prefiere–, exhibiendo actitudes y prácticas problemáticas dentro de la civilización, como el conflicto de armas que existe en Estados Unidos, el culto a las celebridades, estereotipos por nacionalidad, sexismo, racismo, la obsesión por el dinero, la crisis de la edad adulta, la corrupción, entre otras.
Red Dead Redemption 2 continúa con la crítica pero lo hace desde una postura mucho menos sarcástica, menos burlona. Por ejemplo, al llegar a Rhodes te ves en medio de una disputa entre dos familias ricas: los Braithwaite y los Gray. Dentro de esta disputa unos jóvenes se enamoran, pero su amor es imposible precisamente por sus familias.
En una misión, el joven Gray te pide custodiar a su amada porque participará en una manifestación y teme que sus primos le hagan daño. De mala gana aceptas y participas como el conductor de un carruaje que lleva a un grupo de señoritas exigiendo que se les permita votar. En un mundo tan machista y que en la actualidad se resiste a autoanalizarse, reconocer sus errores y cambiar en este aspecto, la misión me pareció tanto valiente como atinada.
En otra misión, conoces a un señor borracho en un parque, platicas con él y te dice que “le han quitado todo” y que el gobierno no lo deja ni acercarse a su amado hogar y sus preciadas pertenencias. Arthur decide ayudarlo, vas a la casa, eliminas a unos delincuentes que la han reclamado, recuperas los objetos y encuentras sótano oculto en la propiedad, donde puedes ojear un libro de contabilidad con registros de venta de esclavos.
Cuando terminas la misión y confrontas al viejo esclavista, la actitud de Arthur es de clara molestía, como si le diera asco esa persona y haberlo ayudado. La misión termina y el señor se queda llorando arrodillado frente a una fogata, yo decidí matarlo arriesgándome a obtener un honor negativo, pero para mi sorpresa, al dispararle obtuve honor positivo.
En algún punto te encontrarás cabalgando o caminando por el bosque y veras a miembros del Ku Klux Klan diciendo muchas cosas racistas. Desde que los vi y descifré de qué se trataba, preparé mi escopeta y los maté a todos, obteniendo honor positivo.
Pero los conflictos no son sólo para los pobladores desconocidos de esta tierra, también los miembros de tu pandilla sufren. Como Karen, una joven que en su afán por contribuir a la banda y ganar un poco de dinero intenta robar a un hombre que le paga por acostarse con él pero en realidad quiere golpearla, Arthur llega a salvarla tirando la puerta del cuarto de hotel y noqueando al agresor, en un simbólico combate al maltrato a las mujeres.
A pesar de que la historia se desarrolla hace más de 100 años los temas que aborda están vigentes en nuestros días, pues muchos de los problemas que vivimos a nivel mundial se sentaron precisamente al establecer la “civilización” y sus reglas, por lo que en ocasiones cuando el juego sostiene el espejo frente al problema sus raíces parecen mucho más profundas y graves de lo que nos habíamos dado cuenta, haciéndonos cuestionar si lo que se ha hecho durante años realmente vale la pena defenderse aún a pesar de las evidencias de desigualdad e injusticia.
El juego tiene una clara postura en todos y cada uno de estos temas: Arthur no es racista, no es machista, no mata animales por placer, no es homofóbico, apoya el voto femenino, no discrimina a los extranjeros. Todas estas cualidades resultarían contrarias a las costumbres de esos tiempos, pero me parece que se aprovechó perfectamente la oportunidad de ofrecer un mejor ejemplo para nuestra actualidad a pesar de no ser históricamente apegado a la realidad en ese aspecto.
Extraños entrañables
Algunos o todos los elementos anteriormente señalados los he encontrado en otros juegos con los que también tuve una experiencia muy gratificante pero, desde mi perspectiva, lo que definitivamente hizo que me sintiera en un mundo vivo, en una historia que yo mismo viví fueron los personajes con los que puedes interactuar.
Los más obvios son los miembros de la banda de Dutch Van der Linde, como Charles Smith. Él es uno de los primeros compañeros con los que interactúas, sale contigo a cazar, te enseña a seguir rastros y usar el arco para ser más sigiloso, así como la mejor manera de obtener una presa en mucho mejor estado. A lo largo del juego se convierte en un leal aliado, y el lazo que creas durante las misiones con los nativos americanos nace desde esa perspectiva de los orígenes de Charles y su mestizaje.
Hosea es otro de los personajes que se quedaron en mi memoria por bastante tiempo, en él Arthur siempre ha visto a un modelo a seguir, un guía y un amigo. Esa misma relación se desarrolla aún más en tu tiempo al control de Morgan, pues en tu camino con él al ir a pescar, vender licor adulterado en la cantina local o asaltando carruajes recibirás valiosos consejos, un punto de vista distinto del clima del campamento y el preocupante cambio de temperamento de Dutch.
Jack, el pequeño hijo de John Marston, también representa una bocanada de inocencia dentro de toda la conspiración y violencia que rodea a la banda. La misión en la que llevas al pequeño, por petición de su madre, a pescar sirve para bajar el ritmo de la historia y como válvula de escape a la tensión de una situación cada vez más preocupante de tu grupo de forajidos. Igualmente, cuando prácticamente todo el campamento va a buscar a Jack en la mansión de los Braithwaite es uno de los pocos momentos en los que sientes una verdadera unión con el resto de personajes del campamento.
No todas las relaciones son buenas, y el intenso sentimiento de desprecio que despertó en mí Micah Bell es memorable. Pocos personajes tan bien construidos, genuinamente molestos, me he encontrado en otras franquicias. Excelente trabajo de actuación y gran papel escrito para este personaje.
También es muy interesante observar la evolución de la pareja que forman John Marston y Abigail Roberts. Al principio se nota un claro resentimiento de parte de Abigail, quien se siente abandonada con su hijo por parte de John, pero al sospechar que éste se encuentra en peligro le suplica a Arthur ir en su búsqueda y rescate.
Una vez reunidos en el campamento, John poco a poco se esfuerza por involucrarse en la formación de su hijo, recuperar a su amada y traer sustento para su joven familia. Cuando la situación de la banda parece ir hacia una tragedia inevitable y las lealtades son escasas, John encuentra en Arthur a un verdadero hermano que se esforzará en ayudarlo a sobrevivir con su familia.
De hecho, la misma relación entre Marston y Morgan evoluciona, de una cierta competencia y recelo, hasta llegar a una conversación en la que ambos hombres que crecieron juntos, con los mismos mentores, se dicen lo que realmente piensa uno del otro y se reconocen como hombres honorables y amigos.
Pero sorpresivamente los personajes que se volvieron mis favoritos y que realmente lograron esa sensación de un mundo vivo fueron extraños que encontré en el camino.
La viuda
La primera, es una viuda que encuentras en el extremo noreste del mapa, en una zona montañosa. Su nombre es Charlotte Balfour, y la conoces mientras ella llora melancólicamente frente a la tumba de su recién fallecido esposo. La misión no es la gran cosa, le enseñas a sobrevivir, cazas un conejo y ella le quita la piel, lo que le servirá para sobrevivir un tiempo más, mientras la acompañas a casa la salvas del ataque de lobos.
Días después escuchas disparos cerca de su casa, y al llegar ver a Charlotte tratando de acertar unos tiros con el rifle de su esposo, Arthur le enseña a disparar y ella lo invita a comer. Durante la comida, Arthur tiene un ataque de tos y ella lo cuida. Cuando despiertas, estás en un cuarto y en una carta Charlotte te dice que espera que mejores y que puedes tomar dinero que dejó para ti.
Un tiempo después regresas a su casa, en este punto Morgan ya está bastante afectado por la tuberculosis y el reencuentro es más bien una despedida de unos muy buenos amigos, casi improbables, y que curiosamente hasta ese momento comparten sus nombres.
El desarrollo de las misiones con Charlotte no es el punto central, sino el contexto, el pasado de esta misteriosa mujer y la confianza que ambos sienten. La nueva viuda confiesa que era una mujer rica, siempre viviendo en la ciudad, con mayordomos y lujos. Su esposo vivía una vida similar y ambos la encontraban aburrida y abrumadora por tanta falsedad.
El matrimonio renuncia a todo para escapar de la ciudad hacia “una vida más simple”, pero ninguno estaba preparado para enfrentar a la naturaleza, y una mujer como Charlotte menos. Para ella, Arthur representa el primer verdadero amigo, que la ayuda sin querer obtener nada a cambio, sin interés económico o favores políticos.
Para Arthur es el comienzo de su “redención”, cambiar su vida de robos por una de ayudar a quien lo necesite en sus últimos días. Ella le muestra que tiene un lado bueno, que es un buen hombre con buenas intenciones, sin importar su pasado, porque en realidad no le interesa, lo que ha visto de él ha sido suficiente para estar segura.
El veterano
Pero el personaje que más recuerdo es Hamish Sinclair, un veterano de guerra que perdió la pierna en combate debido a una bala de cañón. Lo encuentras tirado al lado de una roca pidiendo ayuda después de que su caballo Buell –nombrado así en honor a su antiguo comandante– tirara a Hamish al asustarse, llevándose consigo la prótesis de su dueño.
Tu misión es recuperar al caballo y la pierna para que el veterano pueda irse a casa. Al reunir al hombre y su caballo, Hamish te cuenta que es un gran cazador y que con gusto compartirá su conocimiento contigo, invitándote a visitarlo en su casa para ir a pescar.
Al ir de pesca con Hamish, te cuenta que hay un pez enorme en el lago al que llama “Tyrant” y el objetivo del día será pescarlo. Tyrant es realmente fuerte y tira a nuestro amigo al lago, después de rescatarlo la captura del enorme pez recae solamente en Arthur. Al lograrlo, ambos regresan a la cabaña celebrando y el veterano te invita a visitarlo de nuevo para salir de cacería.
Cuando vuelves, Hamish te cuenta que hay una loba que lo ha estado acechando y te lleva en su búsqueda. Después de seguir sus pistas por algún tiempo, el par de amigos se dan cuenta que la loba los ha llevado a una trampa, una emboscada de lobos los espera, con la sorpresiva presencia de un enorme lobo alfa al que tienes que matar. Una vez pasado el peligro, una nueva invitación de cacería es recibida.
Por último, Hamish y Arthur salen en busca de un enorme jabalí, que resulta más grande y peligroso de lo anticipado. Para encontrarlo, el par de amigos se separa, y mientras buscas el rastro de la presa escuchas disparos y gritos de tu amigo. Al llegar al lugar encuentras a Hamish gravemente herido por el jabalí.
El último deseo del veterano es que te quedes con Buell, diciendo que aunque es testarudo es un caballo bueno y fuerte. Al terminar de escuchar la última petición, el jabalí aparece, y no sé si más como venganza u homenaje tu misión es matarlo. Cuando por fin lo derribas Arthur dice “lo atrapamos, viejo”.
Hamish representó una figura en la que Arthur podía reflejarse, yo imaginaba a Morgan viviendo una vida muy parecida a la del veterano cuando fuera viejo, y podría apostar que también para Arthur era un escape de la vida de robo y asesinatos. El respeto y admiración que nuestro personaje claramente sentía por este “extraño” se contagia, y su inesperada muerte fue uno de los giros de trama más impactantes en todo el juego para mí.
Esa última visita comenzó como una misión más para mí y terminó con el fallecimiento de uno de los mejores personajes que encontré. Me sorprendí pensando en más de una ocasión que pude haber evitado ese final si no nos hubiéramos separado, y a pesar de que yo tenía un caballo muy fuerte y veloz con el máximo vínculo, decidí convertir a Buell en mi caballo principal como homenaje a Hamish, y así lo mantuve hasta el final del juego.
Adiós al viejo oeste
Comencé a jugar Red Dead Redemption 2 con un poco de dudas, porque normalmente entre más expectativas de algo se crea colectivamente más duro es el golpe de la decepción cuando el producto final no está a la altura. Pero nada más alejado de la realidad.
Al principio estaba maravillado por lo detallado y complejo del mundo y cómo se te presenta. Pero para la mitad del juego ya estaba convencido de que estaba ante un juego poco común y que sencillamente se convertiría en uno de mis favoritos. Pero al final, con los personajes, su historia individual, así como la trama en general, mi experiencia con la joya de Rockstar resultó ser gratificante, memorable, entrañable y sobre todo tan real que de verdad siento que conozco Rhodes, Valentine, Blackwater, Saint Denis y todos los lugares que pude explorar.
